
Todos sabemos que el paladar humano es capaz de apreciar 4 sabores, los dulces, ácidos, amargos y salados, pero pocos hemos escuchado mucho sobre el quinto sabor, llamado umami.
A inicios del siglo 20 en el Japón, el científico Kikunae Ikeda llega a identificar en el paladar un nuevo sentido de sabor que denomina como umami, una palabra japonesa que significa ‘sabor agradable, sabroso’.
El sabor en si es difícil de describir, porque además combina el sentido del sabor con una sensación muy agradable, abriendo el apetito y estimulando el paladar. El umami está presente combinado con sal en el glutamato monosódico (el famoso ajinomoto), un aditivo controversial por su alto contenido de sodio. Sin embargo, esta es la forma artificial de agregar sabor umami a las comidas.
Podemos también encontrarlo ocurriendo en estado natural en alimentos como el jamón, el queso o el tomate, ya que contienen de forma natural el aminoácido que imparte el sabor umami. Comidas con alto sabor umami incluyen los mariscos, las carnes, los hongos comestibles como champiñones y shitake, los caldos, y las comidas fermentadas y añejadas como el queso curado, uno de los alimento occidentales con mayor presencia de umami.
Nuestra pasión por la calidad
Como artesanos, nuestra pasión por desarrollar un queso de sabor profundo y refinado se puede lograr únicamente con los métodos tradicionales practicados por siglos y mejorados a lo largo de la historia.
Los quesos de Monte Azul están elaborados con leche cruda y natural, 100% de cabra y producida bajo estándares muy estrictos de manejo para conservar la complejidad de actividad probiótica, que incluye una gran variedad de aminoácidos responsables de impartir sabor umami, que de otra manera se perderían durante el proceso de pasteurización.
Santa Lucía combina lo mejor de la tradición europea con la innovación del Nuevo Mundo
Monte Azul presenta un nuevo producto desarrollado al estilo mediterráneo, aprovechando lo mejor del terruño costarricense para producir algo totalmente nuestro, utilizando una combinación especial de cultivos naturales y un meticuloso proceso de afinamiento. Este queso le denominamos Santa Lucía, por la flor de la planta veranera del mismo nombre, y tan integrada a nuestras tradiciones ticas.
El queso Santa Lucía es un queso semi-curado con notas a nuez ligeramente florales, y aunque no es de sabor intenso, su pronunciado sabor umami hace que el sabor cubra prolongadamente el paladar. Este aspecto del Santa Lucía lo hace muy versátil pues no compite con los sabores de otros alimentos y más bien sirve de complemento para lo dulce o lo salado.
Es interesante notar que a la mayoría de comensales les cuesta creer que el Santa Lucía es un queso de cabra, por la falta de acidez que caracterizan a muchos quesos caprinos.
Excelente para degustar solo, con frutas, en ensaladas, y sobre pastas y carmes, y para incorporar a otros platillos calientes o fríos.
Sugerimos maridar con vinos de buen cuerpo, como Cabernet Sauvignon, Sangiovese, Malbec, Sauvignon Blanc, o con cervezas artesanales como IPA, Stout, Red Ale, Barley Wine.